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Revista “Casa & Decoración” de la Tercera.
27 de agosto de 2005

Acogedor estilo

Una vieja casona, emplazada en Providencia, fue el lugar escogido para darle vida al Petit Hotel Vilafranca. Una estructura que demuestra que el visitante sí se puede sentir como en su casa en un lugar que no lo es.

DOS SOFÁS de líneas simples acompañan una antigua mesa que Rita se trajo de España. Sobre la chimenea un tejido en “bolillo” enmarcado hecho por la bisabuela de su marido.

Una decoración provenzal que evoca la naturalidad del campo francés fue la escogida para ambientar los espacios del Petit Hotel Vilafranca (Pérez Valenzuela 1650, Providencia, Fono-fax 2351413) y hacer de éste un lugar donde el romanticismo y la tranquilidad de los ambientes son los protagonistas.

Su gestora, la catalana Rita Marimon, viajó desde la península ibérica hace más de 5 años, sin saber que en nuestro país concretaría un sueño que siempre estuvo en su mente.

A poco andar, ella junto a su marido se dieron cuenta de que se quedarían más tiempo del previsto, por lo que Rita sintió la necesidad de iniciar sus proyectos personales, entre los que estaba la creación de un Petit Hotel.

Cuatro visitas bastaron para que se enamorara de la casa, que dio vida al Petit Hotel Vilafranca, aunque su apariencia distaba mucho de lo que ahora es. “La casa se encontraba en total abandono, toda sucia y en mal estado. Pero al recorrerla comencé a visualizarla con vida y a enamorarme de lo que en ese momento creo mi mente”, relata.

UN SENCILLO y clásico frontis presenta Vilafranca.

Tres pisos de altura y una excelente distribución de los espacios contribuyeron a que diera el si y comenzara a ser efectivo su sueño, no sin antes renovar arquitectónicamente algunos ambientes.

En el primer piso había una pequeña cocina que interrumpía el acceso al patio y robaba amplitud al living comedor, por lo que se optó por trasladarla a un sector lateral de la casa, donde se proyectó holgada y ambientada al gusto de Rita.

En el segundo piso, que es donde se distribuyen las ocho habitaciones, se realizaron otros dos grandes cambios. Las suites, cuyos diminutos ventanales daban a un jardín apostado en la parte trasera del hostal, fueron ampliados y transformados en uno, respetando la estética de esta antigua casona. Además, a cada pieza se la dotó de baño con una decoración ad-hoc con la atmósfera.

“Mi objetivo es que las personas que aquí se hospeden se sientan cómodas, como en su casa. Por eso, desde la decoración hasta la distribución de los espacios están pensados con ese objetivo”, manifiesta.

Y es la decoración la que habla por sí sola, transmitiendo lo que su dueña ha intentado construir. Un marcado estilo provenzal donde el mobiliario de maderas nobles y aires rústicos le otorgan cierto dejo campesino, característica de este tipo de ornamentación, que se erige en el total de la casa. Muchos de los elementos que la visten fueron traídos de España y otros han pasado de generación en generación por la familia de Rita y su marido. El resto fueron adquiridos en Chile y restaurados en los galpones de Av. Brasil.

Amarillo crema, blanco y celeste claro protagonizan las habitaciones, y para los sectores públicos, como el living y el comedor, Rita optó por colores cálidos., “lo que más quiero es lograr escenarios serenos”, comenta.

Otro de los hitos de este lugar es su pequeño patio trasero reformado completamente; “cuando llegué era un desastre, pura tierra, lo único que vivía era un inmenso y encantador plátano oriental”, dice. A partir de él comenzó a proyectar el jardín: cientos de piedras del río Maipo lo rodean. Se dejó una jardinera a un extremo, donde frondosa vegetación y exóticas especies le otorgan el verde que Rita quería.

Un concepto es lo que su dueña busca insertar a través de Vilafranca, donde tranquilidad, calidez y estilo se fundan. La idea es que los visitantes se sientan tan acogidos como en su propio hogar.

AMBIENTES MUY RELAJADOS y simples son los proyectados en este dormitorio. La cama y el juego de mesitas de noche que la acompañañ siguen la misma línea de la decoración general.
ESTE SECTOR conecta todos los ambientes de la casona. Las baldosas son el mayor encanto, ya que los diseños de vivaces colores otorgan luminosidad.
LA TERRAZA es un encantador lugar para disfrutar el desayuno. Pequeñas mesitas se dispusieron cobijadas por la sombra de un plátano oriental.
 

PÉREZ VALENZUELA, 1650 • PROVIDENCIA • SANTIAGO • CHILE • Fono-fax: ( 56 2 ) 2235 1413